Londres. La invasión del ejército ruso a Ucrania ha sido condenada en todos los ámbitos. En el medio cultural, las expresiones de solidaridad con el pueblo ucraniano han sido constantes; el pasado domingo 27, por ejemplo, escritores de todo el mundo firmaron una carta, promovida por el PEN Internacional, en la que piden “urgentemente el fin del derramamiento de sangre”. “Nos mantenemos unidos en la condena de una guerra sin sentido, librada por la negativa del presidente Putin a aceptar el derecho del pueblo ucraniano a debatir sus futuras lealtades e historia sin la interferencia de Moscú. “Nos mantenemos unidos en apoyo de los escritores, los periodistas, los artistas y todo el pueblo de Ucrania, que está viviendo sus horas más oscuras. Estamos a su lado y sentimos su dolor”, dice la carta firmada, entre muchos otros, por Svetlana Aleksiévich, Margaret Atwood, Jonathan Franzen, Siri Hustvedt, Yann Martel, Benjamin Moser, Joyce Carol Oates, Orhan Pamuk, Maria Ressa, Marilynne Robinson, Salman Rushdie, Colm Toibin, Olga Tokarczuk y Paul Auster.
Desde Nueva York, el autor de El libro de las ilusiones dijo: “Lo que está sucediendo trae a la memoria el primero de septiembre de 1939. Espero que la invasión sea tan desastrosa que impida al presidente ruso conservar el poder”. Movido emocionalmente por sus raíces familiares, Auster no tiene reparos al señalar: “Se respira el ambiente del primero de septiembre de 1939, es decir, la invasión nazi a Polonia que desencadenó la Segunda Guerra Mundial”.
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