Con la renuncia anunciada de Juan José Ríos Estavillo el escenario quedó tal y como conviene a los intereses del gobernador electo, Rubén Rocha Moya, para elegir como nuevo Fiscal del Estado a una persona de sus máximas confianzas que le cuide las espaldas en materia de procuración de justicia.

Ahora bien, también es cierto que quien sea el elegido no habrá de heredar una perita en dulce sino más bien una papa caliente, pues, por el contrario, la investigación y persecución de los delincuentes sigue siendo la falla que más lastima a los sinaloenses.

Basta recordar que de acuerdo con los expertos en el tema, en Sinaloa cada 6 a 8 horas se está desapareciendo a una persona que en su gran mayoría ya no aparecen o son encontradas después sin vida, asesinadas.

La impunidad sigue reinando en la entidad, los asesinatos continúan en niveles altos y Culiacán no deja de estar entre las 50 ciudades más violentas del mundo, ¡vaya honor!.

Por lo pronto, en los próximos días el Consejo Estatal de Seguridad Pública habrá de lanzar la convocatoria para los aspirantes a ocupar el cargo de Fiscal General del Estado, para proponer una terna de donde el gobernador electo habrá de seleccionar al aspirante que más llene sus expectativas.