EDITORIAL: Puro Sinaloa no fue negocio… para los transportistas Destacado

Escrito por  Redacción Sep 22, 2021

 

* Concesionarios cayeron en insolvencia económica para pagar las mensualidades de las unidades Puro Sinaloa.

 

Lo que se creyó sería un buen negocio para ellos no fue así. Ahora, decenas de transportistas que se echaron a cuestas aquellos créditos por cerca de los dos millones de pesos, están queriendo regresar las unidades a la financiera.

Hace dos años y medio, el gobernador Quirino Ordaz Coppel hacía públicas las entregas de los modernos camiones que vendrían a prestar el servicio de primera calidad a los sinaloenses. Concesionarios de Culiacán, Mazatlán, Guasave, Ahome y Salvador Alvarado serían los beneficiados.

A finales de agosto de 2019 ya se habían entregado 250 unidades de transporte: 218 camiones y 32 Sprinter Van, mismas que quedaron distribuidas de la siguiente manera:

  • 78 Unidades a rutas de Culiacán (77 camiones y 1 sprinter)
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  • 112 Camiones al servicio en Mazatlán
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  • 19 Unidades a rutas de Guasave (10 camiones y 9 sprinter)
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  • 38 Unidades a rutas de Ahome (17 camiones y 21 sprinter)
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  • 3 Unidades para servicio en Salvador Alvarado (2 camiones y 1 sprinter)

 

Las 250 unidades implicaron una inversión de 469.6 millones de pesos, de los cuales Gobierno del Estado otorgó un apoyo por 46.9 millones de pesos, que sirvieron para el enganche, a cambio de que las unidades exhibieran el sello Puro Sinaloa con que Ordaz Coppel quiso marcar su quinquenio gubernamental.

Lo que pareció un excelente programa de apoyo al sector transportista se convirtió ahora en una gran pesadilla para los concesionarios que a causa de la pandemia vieron disminuidos sus ingresos por el raquítico boletaje en las rutas y con ello no tuvieron otra opción que dejar de pagar sus mensualidades a Daimler Financial Services mejor conocida como Mercedes Benz.

Ante la insolvencia para continuar con la amortización del crédito, la financiera empezó ya a requerir las unidades en dación a cambio de finiquitar el crédito, sin embargo, el problema es que además de haber pagado ya una suma considerable, los transportistas tienen que enfrentar el pago de impuestos que implica la transacción, cantidad considerada por algunos de ellos hasta en 300 mil pesos.

De ese pelo es la bronca en que están metidos, una situación asfixiante que, como lo han dicho, les ha quitado el sueño.