De lo opaco a lo oscuro transita la información del Jardín Botánico de Culiacán administrado por la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa IAP que preside el empresario Agustín Coppel y dirigido por Carlos Murillo y Bárbara Apodaca, quienes dan la cara ante la sociedad.

La disputa por los destinos del Parque Ecológico ubicado junto al Jardín Botánico ha desencadenado una serie de críticas de representantes de organismos ciudadanos que exigen transparencia en los ingresos y gastos del Jardín Botánico, pues son estos mismos personajes quienes impulsan la construcción del Proyecto Sendero, un andador de 700 metros de largo en el que se pretende invertir 18 millones de pesos.

En un vistazo a la página del Jardín Botánico, se puede ver en el apartado de transparencia un informe general en el que se destallan los porcentajes con que contribuye cada uno de los rubros de ingresos. De igual forma, se pueden observar los porcentajes de cada uno de los rubros que integran los gastos realizados durante el año 2020.

Es decir, por desaseo o por discrecionalidad, dicho reporte plasmado en una página tamaño carta, no precisa los montos en dinero de los ingresos y egresos del Jardín Botánico, que en los últimos años ha lucrado con sus espacios y servicios, entre los que encuentran el cobro de una tarifa de acceso por persona que desee recorrer el lugar, la renta de espacios para banquetes para bodas, bautizos y cumpleaños; así como el paisajismo para la toma de fotos para quinceañeras y graduaciones de estudiantes, entre otros.