La escasez de lluvias el año pasado empieza a hacer crisis en Sinaloa y asoma una temporada difícil para las actividades productivas, principalmente la agricultura y la ganadería.

El inicio de la temporada de huracanes en el Pacífico Mexicano, de los cuales se espera que 7 de ellos toquen tierra, abre la esperanza de que llueva mucho más que el año pasado, aunque bien a bien, los expertos no han emitido un pronóstico de lluvias seguro, ante la falta de precisión de la presencia del fenómeno de la Niña que ocasionaría escasas precipitaciones en los meses de junio a septiembre.

Por lo demás, habrá que hacer una administración muy rigurosa de los 1 mil 635 millones de metros cúbicos de agua que aún tienen almacenadas las 11 presas del estado, algo así como 10.7 por ciento de la capacidad total de los embalses. Poca, muy poca agua para las necesidades de la población. La agricultura y ganadería están en riesgo.

La situación ha metido a los municipios ya en la dinámica de llevar agua en pipas a la población rural de la zona serrana principalmente, que es dónde primero hace estragos la sequía, aunque por fortuna, a decir de las autoridades, aún no se llega al grado de la mortandad de ganado.

Así las cosas, sin duda el tema del agua, debe estar en primer lugar de la agenda de los gobiernos estatal y municipal, en la búsqueda de una solución que aparejada con la presencia de lluvias permita el desarrollo normal de las actividades productivas, de lo contrario, una catástrofe económica estará golpeando a Sinaloa que tiene sustentada su economía en la agricultura.