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EDITORIAL: Los agridulces del Día de las Madres Destacado

Escrito por  Redacción May 10, 2021

 

 

* Muchos acuden a los panteones como una forma de estar cerca de la progenitora que ya murió. Otros, la apapachan y disfrutan en muestra de agradecimiento por habernos dado la vida.

 

Para los niños, jóvenes y adultos que tenemos la fortuna de tener a nuestra mamá este 10 de Mayo no desaprovecharemos la oportunidad para abrazarla, reír con ella y entregarle un regalo que corone los momentos inolvidables de contar con ella un año más, sobre todo en la época actual tan lastimada por la pandemia que lejos está aún de desaparecer.

Pero para aquellos que han perdido recientemente a su mamá, será un día de tristeza y quizás llanto. Perder al ser que nos creó, alimentó y protegió durante todos los días, no es cosa menor. Y peor aún para aquellas madres que perdieron un hijo, para nada querrán festejar nada este día. No hay nada qué festejar cuando el dolor sigue ahí en lo más profundo de nuestro ser y de nuestra mente.

Son los dos extremos.

Y la reflexión es quizás porque siempre estamos listos para el festejo, lo programamos, lo planeamos y lo disfrutamos. Pero nunca estaremos listos para el sufrimiento de perder un ser querido, no lo queremos, no lo aceptamos. Por eso hoy muchos hijos y nietos acuden a los camposantos para depositarle un ramo de flores, encender veladoras y rezar una oración con la esperanza de estar juntos en la otra dimensión, esa que está más allá de la muerte.

Que es la ley de la vida nacer, crecer, reproducirnos y morir, no es difícil entenderlo, pero sí aceptarlo. Por eso es importante que mientras tengamos a nuestra madre hay que apapacharla, quererla, mimarla y decirle con voz fuerte: Te amo, mamá.