Día caótico en Culiacán: estudiantes de prepa y secundaria, queman las 7 salas de cine Destacado

Escrito por  Dic 06, 2020


= Al negarles un descuento de 50% en las entradas
= Mientras el gobernador LSC paseaba por el DF
= Los cuerpos policiacos en el papel de observadores
= Gravísimos daños al patrimonio de los propietarios
= Camarena, Anatolio y el “Hitler”, los líderes

Jorge Luis Telles Salazar

De acuerdo a la versión del politólogo Roberto Soltero Acuña, aquel día de enero de 1966 el gobernador Leopoldo Sánchez Celis se encontraba en la capital del país; pero no en actividades oficiales. Atendía al columnista político Antonio Pineda Gutiérrez, a quien había invitado a un viaje recreativo por la ciudad de México.
“Toñico” Pineda, tenía una máxima: “si es chisme o peor, si es secreto, a mí no me lo cuenten porque mi ronco pecho no es almacén de chingaderas”.
Y así. fiel a ese modelo, relató a Soltero – dice Roberto – lo que sucedió en esa fecha en la capital del país: “Estábamos por irnos a comer, cuando de la oficina del presidente Gustavo Díaz Ordaz localizaron a Polo, a quien, enterados que andaba por allá, le solicitaron amablemente su presencia porque al presidente, le urgía hablar con el gobernador, sin adelantarle el tema ni mucho menos”.
Según lo que contó “Toñico” – cuya imaginación y creatividad no conocían límite alguno -, el gobernador Sánchez Célis llegó, presuroso, a la oficina del presidente Gustavo Díaz Ordaz, en cuya cara reflejaba enfado, impaciencia y en suma un notable encabronamiento, a grado tal de que ni siquiera se levantó de su silla, cuando el gobernador de Sinaloa compareció en su presencia:
-¿Cómo le va señor gobernador? – lo saludó Díaz Ordaz en tono sepulcral.
-Muy bien, señor presidente. Aquí en la capital, en gestiones propias del cargo. A sus órdenes, como siempre.
-¿Si? ¿Y cómo está su estado?
-Pues muy bien señor presidente: unido y trabajando.
-¿Unido y trabajando? ¡Que bueno! Lo felicito ¿Me puede explicar esto, entonces?
Y dicho lo anterior, puso frente a Sánchez Célis un reporte por escrito en torno a hechos graves que durante toda la mañana y en las primeras horas de la tarde de ese día, estaban sucediendo justamente en la capital de Sinaloa.
El gobernador frunció el ceño, limpió sus lentes y sin que pudiera opinar nada al respecto, recibió la tajante orden presidencial:
-Regrese a Culiacán y reestablezca la calma en la ciudad.
Y algo más:
-Haga lo que se tenga que hacer; pero ponga orden, de inmediato.
Déjeme aclararle que la versión de Toñico Pineda-Roberto Soltero, genera algunas dudas, derivadas particularmente de una pregunta: ¿Cómo es posible que Sánchez Célis, gobernador del Estado – con todo y que en ese tiempo el teléfono celular y las videollamadas solo eran conocidas por la exitosa película “2001 Odisea Espacial” – tuviese que enterarse por el presidente de la República de lo que sucedía en Culiacán? Difícil de aceptarla; pero Soltero Acuña sostiene, todavía hasta el día de hoy que es absolutamente real.
-0-
Y bueno pues ¿Qué acontecía ese día en Culiacán?
Pongamos las cosas en contexto.
Enero de 1966:
Estudiantes de diversas escuelas secundarias y preparatorias de Culiacán luchan por un descuento del 50 por ciento en las entradas a las salas de cine de la ciudad, el principal entretenimiento de aquella comunidad a mediados de los sesentas. Todas las salas, bajo la tutela de la Compañía Operadora de Teatros del gobierno federal. Los estudiantes de la Universidad de Sinaloa si gozan de ese beneficio; por eso se mantienen al margen de la movilización.
Sin contar los pequeños cines de las colonias periféricas, por ese tiempo funcionaban siete salas dentro del perímetro de la capital del Estado, más que suficientes para atender la demanda de una ciudad que ya arañaba los cien mil habitantes y que apenas a finales de 1964 …

Humberto

Corresponsal en Vivavoz
Trabajó como journalist en 1150 AM Denver
Trabajó como journalist en El Universal El Gran Diario de Mexico
Trabajó como journalist en El Heraldo de México
De Ciudad de México