Por Humberto Ramírez

Navolato. Las calles del centro de Navolato se encuentran desoladas. Los comercios semivacíos, pues las ventas se han desplomado entre el 70 y 80 por ciento, de marzo a la fecha por la pandemia.

No hay más risas ni el bullicio de la gente, algo común de ver en las principales calles del municipio cañero.
A ochos meses del inicio de la pandemia, pareciera que esta termino con los sueños, propósitos y metas de los habitantes de aquel municipio,
Mientras caminas, las miradas se cruzan, como si quisieran decirte algo. Decirte, que ahí están esas personas anónimas cargadas de incertidumbre acerca del futuro, que aún es incierto.
Calles sin niños y sus risas, o de familias que solían ir al Centro a realizar sus compras, no se ven más. Pareciera, que todo termino para algunos como los pequeños comerciantes.

En un recorrido por una de las calles aledañas al Palacio Municipal, dos comerciantes, nos gritan desde el fondo del local.

“Estamos en crisis, compañero. No hay ventas, tenemos deudas con los proveedores, a quienes les compramos poco producto, porque se nos echa a perder”.

-Estamos en crisis total. Estamos en la vil ruina, ni apoyo ni nada del gobierno. Nadie nos manda apoyos ni préstamos. Ellos solo prometen, pero nada más.

-Si llevó un kilo de tortillas, este día, ya la gané. Ya comí tortillas.

Cómo le hace para sobrevivir, cada día?

“Arreglo abanicos, y ganó depende lo que tengan de daño. Esta ha sido la peor temporada en toda mi vida”, dijo Pedro N.

Por su parte, el señor Federico, añadió:

“Esta no se llama pandemia, se llama “plandemia” es un plan del gobierno. El mentado Covid-19 está abreviado de parte del gobierno.

 “A veces medio sacamos para las tortillas y el frijol”, y ni así rinde. Nosotros no cerramos al ser un negocio esencial de comida, pero las ventas se cayeron un 80 por ciento, fácil. Los únicos que no pierden en esta plandemia son los empleados del gobierno”.

 En tanto, la señoraJosefina López, es madre soltera con dos hijos, nos contó su historia con la situación económica:

 “Nos está yendo muy mal, no hay ventas. La gente viene y pregunta, no se les hacen caros, pero no tienen dinero”, comentó.

Cuál es su producto más caro?

“Los guaraches de hombre, están en 290 y de mujer en 250, los de niños están en 220 y 250. Apenas, saca uno para comer”, dijo con sus ojos entristecidos.