Guasave, Sinaloa. No podemos terminar esta semana sin tocar el tema de los Algodoneros de Guasave; la polémica de nuevo surge en torno a este equipo de béisbol, a unos meses del arranque de una temporada más de la Liga Mexicana del Pacífico.
Recordemos que Guasave  estuvo fuera por cinco años de la LMP, al ser vendida la franquicia a Los Charros de Jalisco; supuestamente por ser esta plaza irredituable para los inversionistas.
Pero llegó AMLO y le dio valor a su promesa de campaña de regresar a los Algodoneros a su casa; y lo hizo, le cumplió al pueblo deseoso de tener de nuevo al rey de los deportes.
Para hacerlo su gobierno invirtió 65 millones de pesos en remodelar el estadio Francisco Carranza Limón, a los que el gobierno de Sinaloa sumó 6 millones y medio y el empresario Alfredo Harp Helú otros 65 millones. En total, 136 millones de pesos para ampliar el aforo del estadio a 8 mil butacas, comprar una pantalla gigante, construir palcos nuevos y un estacionamiento.
Con muchas voces en contra que criticaron la millonaria inversión, el tan ansiado día llegó y los aficionados pudieron cantar el play boll.
Sin embargo, hoy surge una información que involucra a Alfredo Aramburo nuevo dueño del equipo, se  trata del mazatleco Alfredo Aramburo Nájar, un empresario joven, reconocido en 2015 como el contador público del año en el sur de Sinaloa, y con experiencia en el mundo del béisbol tras su paso por Los Generales de Durango; acusado esta semana por defraudación fiscal por 55 millones de pesos.
En respuesta el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) negó tener relación alguna con Alfredo Aramburo Nájar, propietario de los Algodoneros de Guasave; pese a que, además de la concesión del estadio Francisco Carranza Limón, también recibió contratos de la Oficina de la Presidencia para la Promoción y Desarrollo del Beisbol en México (ProBeis).

Haydée Verduzco