La cerrada votación con la que el pleno de los diputados negó de nueva cuenta el dictamen sobre la propuesta que envió el Gobernador para que Eva Guerrero ocupe el cargo de directora de Ismujeres, sorprendió a propios y extraños. Cualquiera hubiera apostado a que la propuesta se aprobaría y se acabaría el desgaste estéril a que hasta hoy se han sujetado los mismos diputados y diputadas del Congreso del Estado.
Tan pronto como la diputada Elba Margarita Inzunza daba a conocer el resultado del conteo de votos: 19 a favor del dictamen y 20 votos en contra, y la diputada presidenta de la Mesa Directiva, Gloria Imelda Félix, señalaba que el dictamen se regresaba de nuevo a la Comisión de Equidad, Género y Familia para que elaborara uno nuevo, la pregunta que inmediatamente se vino a la mente de todos fue la de “¿Y ahora qué sigue?”.
La respuesta es tan sencilla como lógica: al no establecer el procedimiento la obligación de una nueva convocatoria, los diputados tendrán que elegir entre ratificar a Eva Guerrero Ríos o lanzar el balón de nueva cuenta a la cancha del gobernador, quien lleva mano y no se descarta que pueda insistir en sumar a Eva como parte de su equipo, claro, con todo el derecho y facultad que la ley le otorga. El Ejecutivo propone y el Congreso ratifica, así de simple, así de entendible.
Lo cierto es que el nuevo dictamen deberá presentarse ante el pleno el próximo martes para ser votado y la orientación del mismo irá matizando también el nombre de la nueva titular de Ismujer.
Y es que, mientras la ley le dé al gobernador la facultad de nombrar a sus colaboradores, es ingenuo pensar que pueda subrogar esta licencia a los caprichos de una corriente feminista encabezada por la diputada Graciela Domínguez y la maestra Tere Guerra, detrás de este movimiento político partidista.
Para la reflexión, bien valdría la pena que las y los diputados de Morena consideraran los siguientes puntos:
1.- Que efectivamente con este tipo de posturas, el Congreso morenista de Sinaloa insiste en mandar un mensaje a la sociedad de que el Gobernador ya no manda en el Palacio Legislativo y hoy sí se practica una real división de poderes.
2.- Que el poder enferma si no se tienen los pies bien puestos sobre la tierra; pasar de la ambición a la obsesión nos hace soberbios y nos ciega ante la realidad y la dimensión de las circunstancias.
3.- Que esto es lo que está pasando exactamente con la mayoría morenista en el Congreso del Estado en el tema del nombramiento de nueva directora de Ismujeres, empecinados en negarle al gobernador el derecho a elegir a su colaboradora.
4.- Que esa ceguera del poder temporal que la investidura les da, no les permite tan siquiera ver que el gobernador está cumpliendo con su propósito inicial: Que Araceli Tirado continúe en el cargo hasta el final de su mandato en 2021.
5.- Es decir, hasta hoy, mientras las mujeres se muestran divididas y se exhiben como verdaderas misóginas, el mandatario les está dando una verdadera cátedra de ajedrez político, sin el más mínimo desgaste de su parte.
6.- Que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y que esa misma ceguera, ni siquiera les permite distinguir que la propuesta de Eva Guerrero cumple a cabalidad con el perfil para el puesto, con la característica adicional de ser una mujer sin etiqueta de partido político alguno. Si fundar la Asociación Sinaloense de Comunicadoras y la Red de Mujeres de Negocios no aporta al empoderamiento de la mujer, entonces la Tierra tampoco es un planeta.
7.- Que es totalmente sensato que el Gobernador opte por una persona con las cualidades de Guerrero Ríos para dirigir Ismujeres en cuya decisión no existe ni una pizca de improvisación, pues la mujer cuenta con la capacidad sobrada para establecer las relaciones con organismos feministas, académicos y sociales que permitan tejer una poderosa red de empoderamiento de la mujer.
No negamos, por supuesto, que en las más de 20 participantes en la convocatoria para ocupar el puesto, haya perfiles valiosos, académicos incluso, para desarrollar un buen papel en Ismujeres; pero también habrá que reconocer que Guerrero Ríos cuenta con sus propios méritos, ganados a pulso en una trayectoria de más de 20 años como comunicadora y empresaria, en los que siempre ha aprovechado los espacios para impulsar el empoderamiento de la mujer.
Desprestigiar por desprestigiar es lo más fácil y cómodo en una postura sistemática y a la vez perversa. Y la verdad, nunca vimos que la diputada Francisca Abelló y compañía se ocuparan en escuchar a la aludida Guerrero Ríos y en un acto de justicia, darle el derecho de defenderse de las acusaciones y vituperios.
Lástima, es una mujer como todas ellas y simplemente… la crucificaron.
