Si un arma entró a un hotel y luego disparó para dar muerte es porque alguien la consiguió, la tuvo en su casa y este sábado la sacó, la trasladó consigo hasta el lugar donde con toda premeditación la disparó con la idea de dar muerte a un prójimo.

Jesica Geraldine tenía apenas 18 años de edad. Toda una vida por delante y un rufián vaya usted a saber con qué motivo, le arrebató la vida y con ella todos los sueños e ilusiones que a esa edad se tienen.

Culpable en definitiva es el cobarde que disparó el arma y se debe podrir en la cárcel.

Pero también culpables son los responsables de evitar que las armas circulen por la calle y los lugares públicos.

Y aquí cobra importancia el trabajo de los responsables de las áreas de seguridad y procuración de justicia, tanto del gobierno estatal, pero sobre todo federal.

Sabemos que Óscar Guinto Marmolejo, secretario de Seguridad Pública en el estado, preside la reunión semana de evaluación de los operativos de seguridad, incluidos los realizados por las fuerzas federales que se encargan del armamentismo y los delitos contra la salud, narcotráfico, pues.

Allí tienen que rendir resultados contra la circulación de armas el delegado de la PGR, que hasta donde sabemos continúa en el cargo Víctor Manuel Martínez Mendoza, y el nuevo comandante de la IX Zona Militar, el General de Brigada DEM Maximiliano Cruz Ramos, quien rindió protesta el pasado 4 de diciembre de 2018 en esta ciudad de Culiacán.

Sabemos que percepción generalizada sigue siendo la de la corrupción. El dejar hacer y dejar pasar a la sombra de la discreción. Y esa percepción sólo atrapando a los delincuentes y evitando la presencia de armas en las calles se podrá cambiar. No hay de otra.

Por lo pronto, el asesinato de esta jovencita deja mal parado a todos ellos, incluido el Fiscal General del Estado, Juan José Ríos Estavillo, aunque en honor a la verdad, habrá que reconocerle los resultados en la captura de criminales, muchos de los cuales hemos dado cuenta en este medio de comunicación.

De risa. Una comadre a la otra en la víspera del Día del Amor y la Amistad:

-- ¿Y tú que vas a hacer el 14 de febrero?

-- ¿Qué día cae?, le responde.

-- Jueves.

-- Ah, me toca lavar.

(Cualquier semejanza con la realidad, es mera coincidencia).