La omisión también es pecado… el caso Salud en Sinaloa Destacado

Escrito por  El Picudo Feb 09, 2019

Cuando vemos mujeres y jóvenes luchando en condiciones deplorables todos los días en las calles para ganarse un peso que les permita llevarse el bocado a la boca, no podemos menos que recriminar las malas acciones de gobierno, sobre todo cuando se trata del uso del dinero público.

No se vale que bajo criterios nada convincentes se concluya un proceso judicial donde con sólo 7 millones de pesos se perdone a un mal funcionarios que malversó cuando menos 14 millones de pesos.

Sí, claro, nos referimos al caso del ex secretario de Salud, Ernesto Echeverría Aispuro, a quien en un principio, al término del sexenio gubernamental anterior, se le atribuía una desfalco de mil millones de pesos.

La pregunta es ¿dónde quedó todo ese dinero perdido?

Eso, por un lado.

Pero, por el otro, está la duda si en verdad nuestros ministerios públicos, jueces y magistrados y representantes anticorrupción nos representan con total honestidad y con un verdadero sentido de justicia.

Porque justicia no es que mientras unos se roban el dinero del pueblo, otros se estén muriendo de hambre en las calles.

De ese tamaño es el peso de todos los representantes de la coordinación del Sistema Estatal Anticorrupción, donde tienen representación además, del STJE con Enrique Inzunza Cázarez y la Fiscalía General del Estado que dirige Juan José Ríos Estavillo, la Auditoría Superior del Estado de Emma Guadalupe Félix Rivera; la representante de la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas, Guadalupe Yan Rubio, y la representante de la Comisión Estatal de Acceso a la Información, que preside Rosy Lizárraga.

Claro, sin descartar que quien representan la parte ciudadana es Francisco Mujica, de dónde tendrá que salir la exigencia de que se revise si la forma y los términos en que se llevó el proceso ministerial y judicial contra los ex funcionarios de Salud, fueron los más adecuados, justos y conforme a la ley.

En ellos descargamos los ciudadanos la responsabilidad de desterrar la corrupción y el agandalle en las esferas de gobierno en detrimento de la población. Y al menos, en esta caso han quedado a deber y mucho.

 

Un chiste bien picudo. El doctor a don Paco:

-- ¿Cómo le va con el audífono nuevo que le puse?

-- Muy bien, doctor. Ahora oigo estupendamente.

-- ¿Y su familia qué dice?

-- Aún no les he dicho nada, pero ya van cuatro veces que cambio el testamento.