Uuuyyy, aquel panismo del Maquío, de Rafael Morgan, Francisco Solano, Sadol Osorio y otros connotados políticos que dieron presencia y lustre al blanquiazul de los años 90’s, son añorados en la actualidad ante la falta de figuras nuevas en esta vieja corriente política.
Y no es que las nuevas generaciones de panistas tengan que llegar al límite de incendiar edificios como lo hicieron en su momento aquellas figuras del PAN que de esta forma se hacían oír ante los agravios del poder, sino que las últimas dirigencias del partido han pasado de lo gris a lo opaco y de esto a lo oscuro.
Sebastián Zamudio, aunque en el aspecto de la simpatía y aceptación interna puede jactarse de estar bien, no ha sabido darle una dirección de presencia política, ni ante la clase popular, ni ante la clase política al panismo actual.
Tras la dirigencia estatal de Luis Roberto Loaiza Garzón, los intentos por reactivar al panismo estuvieron a cargo de Francisco Solano Urías, quien ya falto de fuerzas poco pudo hacer, pasándole la estafeta a Edgardo Burgos Marentes, quien no sólo no logró reanimar al partido, sino que empezó un declive que concluyó con la estrepitosa derrota electoral del año pasado, ya con Zamudio en el poder, a grado tal de quedarse sólo con dos diputaciones locales en poder de Roxana Rubio y Jorge Iván Villalobos, cayendo el PAN hasta el cuarto lugar como bancada en el Congreso del Estado, debajo de Morena, PRI y PT y sólo arriba de PAS y PRD.
Y de las alcaldías, ni hablar. La colación que formó junto con el PAS, MC y el PRD sólo logró dos alcaldías, pero con candidatos propuestos por el PAS.
Sin embargo, el desastre total estuvo en la elección de diputados federales, donde el PAN, al igual que el PRI, PANAL, PVEM, PAS, PRD y MC no lograron siquiera una de las 8 posiciones. Todas fueron de Morena.
Lo peor de todo este recuento, es que no se observa por dónde, ni siquiera una estrategia en marcha para reposicionar al partido en la sociedad, algo que dé indicios de el PAN puede volver a ocupar las posiciones que ocupó en antaño.
Que por cierto, la noticia a nivel local este día ha sido sin duda la muerte del panista Sadol Osorio Salcido, quien supo conquistar a los culiacanense con su actividad política muy cercana al pueblo.
Ese sí, un panista de cepa al que recordamos como presidente municipal vistiéndose los uniformes de policía municipal, para dar a sus agentes preventivos un sentido de pertenencia y de respaldo.
A él se debe la idea original de un gobierno cercano a la gente, cuando puso en práctica que todos los secretarios del Ayuntamiento salieran con sus escritorios al patio del Ayuntamiento para atender directamente a los ciudadanos. Esta práctica fue emulada después por Héctor Melesio Cuén Ojeda, con una variante muy notoria, llevarse a su gabinete a atender a los ciudadanos a los colonias y sindicaturas.
Y la última variación de esta práctica, convertida ya en Ley, es la del Cabildo Abierto, a la que están obligados todos los Ayuntamientos para atender de viva voz las necesidades de la población.
Descanse en paz Sadol Osorio Salcido.